Reseña "Koko"


Aplaudamos juntos la gran metáfora de libro y grito de auxilio que la autora ha plasmado en esta novela a través de una historia infantil bien armada que narra las aventuras de una intrépida y despistada niña que viviendo en el paraíso se lanza a la aventura del mundo tras perder su querida cola. Por una parte, podemos contemplar la historia en su conjunto como una novela de aventuras disparatadas con personajes sorprendentes y entrañables, en algunos casos, que intentan construir un viaje inesperado por parte de Koko. Pero, por supuesto, la belleza de esta novela es precisamente todo
el mensaje que hay detrás. Hablemos de ello.




La historia se localiza en un mundo futurista en el que la naturaleza es casi algo del pasado. Las ciudades ha sido consumidas por la contaminación y la basura. No quedan resquicios de alimentos naturales, bosques frondosos o animales vivos. Todo ha sido sustituido por elementos artificiales que emulan el pasado. La acción del hombre sin control durante generaciones ha provocado la extinción de la Madre Naturaleza.


Koko representa la inocencia de una niña que empieza a darse cuenta de la realidad que le rodea cuando abre los ojos al mundo. Con sus vivencias a lo largo de sus páginas empieza a ser consciente de que la responsabilidad del caos en el que está sumida la tierra es consecuencia directa del hombre. El hombre ha destruido el mundo. Hemos destruido nuestro propio planeta. La novela es una llamada de atención a las personas enmascarada en una historia infantil y llena de ilusión y aventuras. Nos invita a la acción, a que nos demos cuenta de nuestra responsabilidad del presente y nuestra capacidad de enmendarlo a través de una acción conjunta en el futuro. No podemos cruzar los brazos y cerrar los ojos a la realidad. El mundo se muere y somos los causantes. La ilusión, colaboración y el trabajo en unión con espíritu soñador es su medicina.

Koko, por otra parte, es la inocencia en estado puro pero también una representación de nosotros mismos. El pistoletazo de salida de su viaje lo inicia la pérdida de su preciada cola y su necesidad de ella representa al hombre y su obsesión con su propia existencia y vanidad. Pero conforme el viaje avanza y ve las penurias del mundo es cuando su mentalidad cambia y deja de pensar en la individualidad para pensar en el colectivo. Creo que los capítulos finales y la transformación de Koko son maravillosos.

Sinceramente, es un historia memorable y entrañable que debería formar parte de las lecturas obligatorias de nuestros colegios. Es una llamada de atención y una gran muestra de lo que puede llegar a ser nuestro mundo si no educamos a nuestras generaciones presentes y futuras en el respeto hacia la tierra en la que viven.

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